lunes, 15 de junio de 2009

En un espejo algo opaco, te ves brillante. ¿Es mentira, no lo crees?
Compras plomadas baratas para las caries que te dio la vida, y le rezas acordes a tu dios del Rock&Roll. (¡Eres toda una aventura!...)
Dentro del tupper en el que fuiste amasado, te asusta abrir un rato la tapa para respirar un poco la vida que esta aquí afuera. (... ¿Acaso crees que no lo eres?)
Sos la carnada, y también el pescador, consciente del dolor de ese anzuelo bizarro que forjo una vez un viejo amor de vida de mariposa. (Además, todo un Casanova...)
Tu culito finge ser el más caro, y vos lo vendes al doble. Sabido esta el negocio que acarrea ser el remis que nos lleva del infierno este, al otro que parece cielo.
Solo te falta el bonete de arcos dorados, y calcular si quiero o no agrandar el combo.

miércoles, 10 de junio de 2009

Mi tierra quien rie de su espejo.

Bienvenidos nuevamente, no quiero ser descortés.
Aquí, donde todo huele a oxido, ya que acostumbramos a atar las cosas con alambre. Obviamente, ni Dios asegura que algo sea para siempre. Por ello… ¿Por qué hemos de reparar algo, si con un poquito de magia instantánea, posponemos unos soles algo que ha de terminar en tragedia?
Aquí, donde los señores y las damas de delantal blanco, quienes enjuagaron y exprimieron su materia, por una naturaleza de futuro y salud, de bienestar y solidaridad, son los menos gratificados a la hora de llevar el pan a su casa.
Aquí, donde quienes educan al futuro, son participes de un país donde la violencia estudiantil, la falta de compromiso, y variables tales a hundir a esos pibes del mañana en un vacio degradable.
Aquí, donde quien patea más veces un cuero inflado, o quien dirige los fotogramas de la vulgaridad, de la boba expresión visual, de los lazos idiotas de la comunicación, de la información y la mentira, es mejor considerado que todos nosotros, quien día a día, tratamos de tocarle el culo a la vida, y reírnos un rato de ella.
Nos malacostumbramos a tener el alambre en la mochila, y así remendar este calvario de a ratitos. Y somos tontos, si creemos que el alambre nunca de acabarse. Porque el alambre, no es como la estupidez humana, quien infinita es y será por siempre. Esos retazos de hierro, que ya no brillan por su viejo existir, han de acabarse un día. ¿Y qué haremos luego? ¿Tiraremos todo por la borda? ¿Haremos “borrón y cuenta nueva”?
Somos el producto de una propaganda idiota, que nos canta que somos los mejores, que debemos ganar siempre un mundial. Somos los mejores en todo, y nunca nos gusto perder a nada. Nos parece típico vestir una remerita con los colores del cielo en cualquier época del año, pero nos detenemos a pensar en aquel que colgó su bandera en el tanque de la casa a pensar “¿Por qué colgó la bandera?”…. ¿Acaso necesitamos una excusa para justificar el sentir la nación, el pueblo, la historia?

Hay miles de preguntas a todo, pero las respuestas….tiene oxido entre ellas.