martes, 19 de agosto de 2014

Ensayo sobre el pelotudo.

Quizás el antiguo testamento, era realmente tan antiguo, que se le perdieron algunas hojas. No de mucha importancia, pero seguramente anecdóticas a la hora del relato de la creación del universo.
Porque convengamos, durante siete días o más, Dios no solo creó al hombre, ese ser mamífero, animal con razón y pensamientos, sino que también creo al pelotudo.
No sabemos si fue un lunes, un miércoles, o quizás el domingo, a la hora de la siesta.
Pero si, sabemos que el pelotudo fue creado, y desde allí, como certificado del Dios todopoderoso-misericordioso-vengativo-y-demás, el pelotudo habita entre la especie humana. Lo hace con un disfraz de humano, casi idéntico al del hombre.
Interesante. Sorprendente. Casi, con un razonamiento similar, pero sin barreras o limites a la hora de desarrollar su teoría, su modus operandi, su razón de ser: la pelotudez misma. Esa que al ser humano tanto lo saca de camino, y lo llena de bronca, ira, o en otros casos de humor y risotadas invertebradas.


Como sea, seamos testigos, de que esto incluso, en diferentes aspectos sociológicos no ha sido tomado en cuenta. Incluso Freud, distancia tres tipos de seres: El neurótico, el psicótico, y el perverso. Tal vez, diferencio en alguna otra obra no difundida, como otra especie de mamífero, al pelotudo, pero hasta el día de hoy, queda descartado.

En fin, como sea, tenga cuidado. Hay muchos pelotudos disfrazados y entremezclados entre nosotros.