Hubo una vez un cielo muy feo.
Era un cielo aburrido, con colores monocromaticos, sin ruido. Un cielo que a nadie le interesaba mirar, por su simple finitud, por su fondo palpable, por su muerte aerea.
Los aviones no volaban por el, ni las palomas paseaban por el.
Era un cielo tonto, muy feo, lleno de cosas feas : humo, tristeza, muerte...
Algunos de los de aca abajo, dijeron que todo era culpa de Dios. Aseguraban que se habia aburrido de se creacion y dejo de operar la maquina de la infinitud, descuidando asi nuestro techo madre.
Otros, dijeron que la culpa era de los mas otros : la gente era quien dejo de lado al cielo, porque se intereso mas en producir cosas que a nadie sirven en fabricas e industrias, contaminando asi nuestro querido cielo.
Tambien oí decir que la culpa era del cielo mismo. Aseguraban que el cielo tuvoconciencia, y que ya estaba grande como para saber cuidarse de Dios, del humano, o de si mismo. Decian que el cielo andubo muy emocional ese tiempo, y la realidad que veia abajo se reflejaba en el, como si fuese un espejo para que los que mirabamos hacia arriba, para que no vieramos una mentira hermosa, sino la fealdad en la que nos convertimos y no creemos estar.
Sea Dios, el humano o el cielo mismo, no podemos negar que hace tiempo el cielo no es el mismo.
Porque el dia que en vez de que lluevan balas, lluevan flores; porque el dia en el que en vez de rezar y confiar en la television, seamos un poco mas humanos y confiemos mas en nosotros; porque el bendito dia en el que los hornos se apaguen y los humos cesen, habremos hecho victoria en la primera batalla contra nosotros mismos.
