En una de esas, doblando la esquina, se cruzo con un ser hermoso, fenomenal, quien atado se hallaba a una sonrisa invertida regular.
Con un mecanismo algo novedoso para la situacion, comenzo la ensalada de sentimientos hacia el ser hermoso. Asi, casi de la nada, tal vez vudu o algun artilugio de gran escala, inflo el corazon hasta no entrar en el pecho. Una precipitacion de palabras suspensivas iniciaron la colecta de frutos calidos, quienes dia a dia, fueron madurando.
Del escabeche que salio de ellos, una sonrisa magnanima inundo las calles de mi cuerpo, y me hicieron tocar todas las estrellas al mismo tiempo.
El problema de dejar mucho tiempo los frutos al sol, es que se terminan pudriendo a veces, y mi sonrisa tambien.
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