domingo, 12 de agosto de 2012

Miedo al miedo.

Anda y anda en su un laberinto a oscuras, caminando con los ojos cerrados.
Aparta la realidad: Prefiere sembrar su propia oscuridad por encima de la natural: la de verdad.
El laberinto que carecía de complejidad, ahora la sufre en exceso, porque ella dificulta su trazado, su luz, su salida. Ella genera de un miedo, otro miedo.
Y no hay peor miedo que tenerle miedo al miedo. Porque esto lo multiplica, lo eleva.
Con miedo no se combate el miedo, porque no solo es una derrota, sino que son dos.

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