lunes, 18 de mayo de 2009

A lo lejos, se ve la luz.
Pero esa luz que hay entre yo y ella, son años. Son dias, tardes, y noches que no llegan nunca.
Son la carne viva del gualicho que ha de instalarse temporalmente en las baldosas de mi camino sin direccion. Una suerte ligada al azar torcido, rigido, y que se nutre de las giladas de la gente fea.
Una noche mas, y sere eterno en mi memoria.

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