domingo, 23 de diciembre de 2007

Relatos de un naufrago en la noche.

Me hallo en la delgada finitud de la noche entre esos cuerpos tan endebles, como langostas acechando su instinto. Y soy uno mas.
Y me revuelco, y me transformo en Presa. Salto como un pez, desde esa red de las tinieblas tan liquidas como la fragilidad de sus envases.
Luego, me atormento, siento que vomito, pero trago fuerzas. La realidad abre paso a otra via, una mas oscura. Que te apabulla, pero de risas.
Y limo en la asperezas de las dudas, que inculcan hipotesis no tan corruptas acerca de las amistades que siento y me plante ¿ Es necesario tal silencio ?
Hasta que termine la pregunta, y volvi a ser ese pez. Rebote una y otra vez en esa red, hasta ser un pajaro. Uno que no tiene ni raza ni color, que apenas puede volar, pero que vuela. Y lo demuestro. Y Vuelo, y bajo, reboto en la red del pez, me revuelco con las langostas, y vuelvo a ser pez, para ahora ser pajaro de nuevo.
Y la noche se agudiza, los sentidos ya casi son chispas. Cables a la mente que manifiestan señales de vidas no tan....agiles para mi ser. Pero si efectivas para mi alma, que goza de la plenitud de la alegria y el carnaval.
Y esos actos, uno tras otro, de etapa carnaval-minisilencio-carnaval, demostro una vez mas, que estoy vivo. Hasta que el carnaval termino en silencio.
Y como cierto pajaro, volvi a ser pez, para luego ser langosta, para ahora ser yo.

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